CONSTRUCCION DE LA BASILICA
La construcción de la actual Basilica, tal como la conocemos ha supuesto una evolución atraves de los tiempos desde la primitiva iglesia que se menciona en lsiglo XI hasta hoy. Ha ido creciendo como un elemeto vivo a traves de los tiempos, que ha mantenido una perfecta simbiosis con la historia de su propia ciudad, de tal manera que, a la par, han ido creciendo y desarrollándose juntas.
En este largo proceso son muchos los cambios que, ambos, han experimentado. Son precisamente los que se refieren a la fábrica de la Iglesia los que vamos a abordar como objetivo principal. A tal efecto, definiremos varias etapas constructivas, concretamente cinco:
1ª ETAPA: Escasa de documentación, abarcaría desde su construcción primitiva, como ermita, hasta el siglo XVII.
2ª ETAPA: Desde mediados del siglo XVII, hasta finales del mismo. Es su etapa más importante y paradigmática, caracterizada por múltiples intervenciones que darían lugar a una nueva construcción.
3ª ETAPA: Abarcaría todo el siglo XVIII, con importantes obras ya desde el primer decenio, dando lugar, otra vez, a una nueva remodelación, sobre todo en su cabecera.
4ª ETAPA: Desde comienzos del siglo XIX, no hay ya tal fiebre constructora, si bien, con su configuración actual ya bastante consolidada, aún se procede a alguna intervención en su fachada sobre todo y los terrenos que la circundan. Además de trabajos que podríamos denominar “de mantenimiento” y restauración.
5ª ETAPA: La situación es prácticamente la misma: el desvelo por su cuidado, patente a través del esfuerzo de los propios “jarreros” y la Cofradía de Nuestra Señora de la Vega, es el mejor ejemplo de ello.
Antigua litografia de la Basilica en la que se observa una torre primitiva
LA VIRGEN SALE A LAS CALLES POR EL 450 ANIVERSARIO
LA PATRONA DE HARO SALE A SUS CALLES POR EL 450 ANUVERSARIO DE LA COFRADÍA
Fue un momento especial, algo que solo se puede vivir cuando es inusual y largamente esperado, después de 23 años nuestra querida patrona, la talla original de la Virgen de la Vega, salía a la calle.
Ya iba siendo hora, la gente lo pedía, pero la Cofradía celosa guardiana de una de las mas bellas tradiciones de nuestra ciudad sabía que no podría ser sin una causa especial. Y es que desde tiempo inmemorial cuando el pueblo indefenso era azotado por alguna desgracia colectiva: Epidemias, incendios, plagas, sequías...., acudía presto a su Virgen de la Vega y con ferviente fe la procesionaba por sus calles, y entonces...... se producía la maravilla, se obraba el milagro: El fuego se extinguía, la epidemia cesaba o el cielo dejaba caer a cantaros la esperada lluvia. Y por eso, nuestros antepasados, conservaron en su magnifico santuario, aquella imagen que era capaz de mover y avivar su fe hasta tal punto que sus fervientes rogativas llegaban siempre hasta el cielo y eran escuchadas; recurriendo así a su presencia en las calles solo para aquellos casos de autentica necesidad. Afortunadamente el progreso humano ha dejado atrás muchos de aquellos terribles azotes que podían arruinar ciudades y diezmar pueblos y cada vez se hizo mas infrecuente recurrir a tal fin a la milagrosa imagen, y así, sin renunciar a esa bella tradición, cimentada en la fe, Haro buscó motivos felices, para sacar, a la calle a su virgen: el congreso mariano, su coronación canónica, su 25 aniversario. Ahora ya necesitados de ver a la Madre de nuevo en las calles la Cofradía de su nombre no podría encontrar mas gozoso motivo que la celebración de su 450 aniversario para procesionar su imagen por la ciudad. Y así la preparo una hermosa carroza, la vistió con sus mejores galas y se dispuso a vivir la emoción única de pasearla en todo su esplendor , entre sus devotos hijo de Haro.
Fue a las 8,30 cuando la carroza empujada por los miembros de la junta de gobierno de la Cofradía apareció en el arco de entrada de la Basílica. Lo que en un principio se había pensado como un mecanismo practico para elevar la imagen tras pasar por el arco de la puerta desató el delirio, la virgen, de repente, se elevo sobre las flores que la flanqueaban, con tal majestad que diriase lo hacia por su propio poder; entonces el gentío que la esperaba irrumpió en aplausos, y al son del himno a la virgen, las lagrimas comenzaron a aflorar hasta de los ojos mas descastados. ¡La madre estaba en la calle 23 años después!.
En las calles como siempre reinaba un gran silencio, roto en intervalos cíclicos por el rezo del rosario que resonaba solemne en las calles, en los balcones llenos de gente y en el corazón de los jarreros, mientras Maria de la Vega, con su antiguo manto de tisú de plata, bendecía desde su carroza las almas de todos sus hijos de Haro.
Y fue en la Plaza de la Paz, allí donde todos la esperaban, donde se desato la emoción, el gentío luchaba con sus sentimientos: una extraña mezcla de pasión desatada y comedido fervor. Cuando la imagen se elevo de nuevo ante el arco del ayuntamiento: no hubo alma que no se encogiera, ni ojos que no llorara, ni voz que no se acongojara. ¡Guapa!, ¡Bonita! ¡Jarrera!... gritaban gargantas anegadas sin apenas fuerza. Los aplausos sustituyeron las imposibles palabras y entonces hubo que cantar, que rezar como todos los años el himno a nuestra Virgen de la Vega, y allí fue la debacle ¡Quien podría cantar por mucho que lo deseara! ¡Como modular aquel entrañable canto cuando todos al rededor sollozaban contagiándose unos a otros!. Fue como aquella jota apenas reconocible que una voz anónima intento entonar cuando la imagen prosiguió su camino hacia la basílica "Quien te trajo a ser riojana" decía sin aliento, "Virgen de la Vega de Haro...." era imposible, jamás canto aquel devoto ciudadano peor una jota ni jamás lo hizo con mayor sentimiento y emoción.
Y por fin la imagen de nuevo entro en su casa , y para no dejar sin asombro la procesión los cielos, que habían contenido la lluvia de un día amenazador durante todos los actos, estallaron en un impresionante aguacero apenas entro en la basílica la última de las muchas autoridades que presidieron la comitiva. Dentro abarrotadas las naves de la iglesia se dejó oír nuevo, ahora mas sosegada, la solemne salve a Ntra, Sra. de la Vega. La gente se fue marchado poco a poco tras recoger su manojo de milagrosas espigas con la impresión de haber vivido una jornada especial e inolvidable, y para todos sus cofrades fue aquella experiencia sin duda el mas bello momento de la celebración del 450 aniversario de la Cofradía. ¡Hasta pronto Virgen de la Vega! .
(Articulo publicado en el boletin de la cofradía el año del 450 aniversario por Miguel Ángel Ibarra Moreno.)
LA TALLA DE LA VIRGEN DE LA VEGA
LA IMAGEN DE NTRA. SRA. LA VIRGEN DE LA VEGA DE HARO
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Es de suponer que hubo una primitiva imagen románica de la Virgen de la Vega, que sería la titular de la ermita de la que se hace mención en el documento de donación del año 1063. La actual debió ser realizada en torno a 1275 correspondiendo su estilo a una integración de los estilos románico y gótico. Su autor, anónimo, debió de estar vinculado a los talleres de Burgos y Pamplona.
Esta situada en el centro del retablo mayor en el vano del arco central. Se trata de una imagen de la Virgen Madre, sedente, mostrando al salvador niño sentado sobre la rodilla izquierda en actitud de bendecir. Lleva vestiduras de coronación. Motivos estelar y florales en la policromía. Túnica inferior, dalmática o sobrepuesta con la escotadura apuntada. Manto abierto con el broche prendido de adorno. Caída y descomposición de pliegues e impulso o actitud de las figuras magistrales.
La Virgen no llega a sonreír sino que esboza una sonrisa de expresión afable, dulce en cara bondadosa, llena de majestad y elegancia.. Refleja pues su sonrisa la sublime simbiosis plástica de dos estilos escultóricos en perfecta armonía.
Al fundir o integrar dos estilos, el románico antiguo con su belleza hierática y el estilo gótico o nuevo, el maestro imaginero de la Vega logro una obra con un doble espíritu de amor a Dios y al hombre por él creado. Representó la divinidad en toda su majestuosa radiación, pero sin despegarla del hombre. Palpita en la obra la doble vertiente de las dos naturalezas, una divina y otra humana. Sigue siendo majestad y pantocrátor pero el Niño Dios sin abandonar el regazo, centro de gravedad de la escena, se sienta en la pierna izquierda para dejar a la Virgen que cumpla la demanda de Cristo en la Cruz "Madre, he ahí a tu hijo".
Un capitulo imprescindible del estudio de esta imagen tiene por objeto el análisis de las sucesivas restauraciones que perturban su asignación cronológica, es decir, la determinación correcta del tiempo en que fue tallada. Estas restauraciones son principalmente tres: Una reparación policroma, posiblemente para marcar la original, y realizada a finales del siglo XIV o principios de XV. Una segunda intervención muy desacertada realizada para encajar la corona metálica y adecuar la imagen a la ropa de vestir, hecha hacia 1492; en ella perdió la imagen: el cabello, la toca y acaso también la corona. Hasta las puntas de los zapatos fueron recortadas al sobresalir mucho y empujar el manto en demasía. Por último la realizada en 1962, al quitar los ropajes que cubrían la talla desde 1492. Se hizo entonces necesaria la reparación de los destrozos ocasionados para cubrirla con ropajes, cepillando o arrancando elementos constituyentes de la primitiva talla, además de las roturas y desperfectos ocasionadas por el tiempo. A efectos de reconstrucción se tuvo en cuenta un tocado como el de la Anunciación en piedra de Silos o como el de la Virgen Blanca de León a fin de poder presentar la imagen sin vestiduras textiles y sin corona.
De no haber sido alterada por estas excesivas e inadecuadas modificaciones esta talla de la Virgen de la Vega de Haro hubiera logrado la cumbre de las imágenes marianas de su entorno y hubiera podido aspirar al reconocimiento como prototipo mas representativo de la Virgen Madre en el área icnográfica del norte y del siglo XIII, a las que pertenece.
Extracto del estudio "Imagen de Santa Maria la Mayor de la Vega de Haro" realizado, por D. José Maria Oria de Rueda y García, para la cofradía.
EL ROSARIO DE FAROLES
EL ROSARIO DE FAROLES DE CRISTAL: JOYA DE LA COFRADÍA
SUS PRECEDENTES:
En un reciente estudió publicado en la Revista de etnografía y etnología del gobierno de Navarra (1) se apunta como origen de estos suntuosos rosarios de cristal la antigua tradición de los rosarios de la aurora, en los que, al realizarse al amanecer, se veía necesaria la provisión de algunos faroles para iluminar el cortejo. Esta tradición que llegaba de épocas medievales fue especialmente revitalizada en el siglo XIX tras la exhortación hecha por el Papa León XIII a favor del rezo del santo rosario. Si bien el ponente del mencionado estudio (1), apunta un posible precedente inmediato en el llamado “Rosario de los esclavos de la Catedral de Pamplona” que ya en 1758, procesionaba un buen numero de faroles de cristal de idénticas características a los que en este estudio nos interesan, este investigador, no tiene ningún reparo en afirmar que el verdadero origen y tradición de las procesiones de faroles de cristal debe situarse en Zaragoza tras la institución canónica de la Cofradía del Santísimo Rosario de Ntra. Sra. del Pilar, en el año 1889. Este rosario que comenzó, efectivamente, utilizando los faroles que habían venid formando parte del rosario de la aurora, enseguida sufrió una importante transformación con unos nuevos diseños del arquitecto Ricardo Magdalena realizados por D. Rogelio Quintana, al mando de su afamado taller de artesanía del vidrio, y que estaría detrás de buena parte de los diversos rosarios de cristal que surgirían a partir de entonces: El ejemplo de belleza y devoción mariana de este rosario Zaragozano, que admiraba a cuantos lo contemplaban, y la disponibilidad de los Artesanos de Casa Quintana para realizar por encargo nuevos conjuntos a precios razonables, darían lugar a una auténtica moda que se extendería principalmente por localidades Aragonesas y mas allá por ciudades del norte de España. Más concretamente el ponente del estudio que tratamos localiza en la zona de Aragón, tras el ya mencionado precursor de Zaragoza (1889), un rosario de faroles en Calatayud (1897), el Rosario de faroles de Hijar (1909), otro rosario en Tauste (1918) y el rosario de cristal de Borja (1924) . Fuera de Aragón sobresalen los de Vitoria(1895) y Haro (1918), sin olvidar los de Atienza (Guadalajara) (1918), Sigüenza (Guadalajara) (1927), y los de Castellón de la Plana (1927) y Valladolid (1930) ambos ya desaparecidos. Entenderemos, pues, por Procesión de Rosarios de cristal una expresión religiosa y artística-artesanal surgida y desarrollada en la zona de Aragón y norte de España a finales del siglo XIX y primer tercio del siglo XX, consistente en representar los misterios del rosario y sus componentes a través de artísticos faroles y carrozas de cristal y procesionarlos devocionalmente por las calles de su ciudad en fechas determinadas.
UNA EPOCA DE ESPLENDOR PARA NUESTRA CIUDAD:
En 1918 Haro se encontraba en el punto más álgido y esplendoroso de su historia (3). Tras la construcción del ferrocarril en 1863 y el florecimiento de la industria vinícola favorecida por la llegada de capital francés proveniente Burdeos (1867), la señorial villa de Haro se había lanzado hacía un desarrollo y crecimiento sin precedentes que se había significado en logros como la construcción una esplendida plaza de toros (1886), la consecución de la estación enológica 1892), la llegada del Banco de España (1892), la concesión del titulo de “Ciudad” (1891) etc. etc, siendo quizás la más característica de todas la inauguración el 17 de septiembre de 1890 de una red de alumbrado eléctrico pionero en España y que había encumbrado a la, aún, Villa de Haro como ciudad de la luz (Haro, París y Londres ó Ya estamos en Haro que se ven las luces). En este contexto, no es de extrañar la valentía y decisión con la que la Cofradía afrontó la contratación del rosario de faroles el mismo año 1918.
LA DECISIÓN:
Con lo dicho anteriormente y las frecuentes visitas que los miembros de la junta de gobierno habrían de hacer a la cercana Ciudad de Vitoria y aun a la no tan cercana Ciudad de Zaragoza, donde venían funcionando las procesiones de rosario de faroles desde hacia muchos años (23 y 29 años respectivamente), es difícil no suponer que la posibilidad de adornar la procesión del rezo del rosario, que ya se hacia en Haro en la fiesta de la Virgen de la Vega, con unas artísticas luminarias como las que habían observado en estas ciudades, se habría planteado mas de una vez en las juntas como posibilidad. No creo, no obstante que fuera coincidencia, que tal decisión fuera tomada el mismo año en que un joven sacerdote, D. José Monroy Zunzunegui, llegaba a nuestra ciudad para hacerse cargo como capellán del entonces Santuario de Sta. María de la Vega. Esté sacerdote, que dedico toda su vida, 45 años, a la que él mismo consagraría como Basílica de la Vega (1954), realizó en su largo periodo de capellán infinidad de acciones a favor del culto a nuestra Sra. de la Vega y del esplendor de su Basílica. Fue seguramente su presencia y animo juvenil la que dio ese espaldarazo definitivo al proyecto de modo que apenas tres meses después de su llegada a Haro, un 7 de abril de 1918, la junta de gobierno de la Cofradía de Ntra. Sra. Virgen de la Vega, presidida por él mismo, como abad y con la presencia de (2) Donato Domingo, Andrés Cereceda, Cipriano Caicedo, Víctor Fernández, Baldomero Larrea, José Elguera, Arturo Rioja, José Fernández Ollero, Emilio Ocina, Ángel Santiago y Ciriaco Arizaga, decidieran la contratación de un rosario de cristal de las características de los procesionados en Zaragoza o Vitoria. A tal fin, fue nombrada una comisión integrada por Donato Domingo, Ángel Santiago y Adolfo Herrarte para que se desplazase a la cercana Vitoria para realizar las gestiones necesarias para la construcción de un Rosario de Cristal similar al instaurado en 1895 en honor a la Virgen Blanca. Allí, aunque se habían adquirido los 65 primeros faroles en los talleres de León Quintana de Zaragoza, se había creado una sociedad formada (1) por los talleres de hojalatería de Manuel Grandes y de Luis Arciniega, amén del de pintura y grabado de Laureano Aldecoa, con el objeto de encargarse de ir confeccionado el resto de componentes de cristal hasta las 265 piezas de que constaba la procesión en 1897. Pero, al parecer, las pretensiones económicas (2) de los artesanos vitorianos debieron de ser excesivas ya que no tardarían en iniciarse contactos con la zaragozana Casa de Rogelio Quintana (herederos de León Quintana), de modo que el 18 de junio se informaba a todos los cofrades que seria la empresa maña la encargada de construir nuestro Rosario de Cristal.
LA FINANCIACIÓN DEL ROSARIO:
Resulta muy curioso la rapidez y seguridad con que se tomo la decisión de construir un rosario de cristal, habida cuenta de la dificultad y el elevado costo que una obra de arte de esas características, a base de cristales tintados, latón y bronce, elaborados de forma artesanal por manos expertas, suponía.
Desde luego el empeño superaban con creces las provisiones económicas de la cofradía y podría dejar empeñados durante mucho tiempo sus propósitos y actuaciones futuras. No arredo este hecho el empuje y espíritu de superación que la Cofradía había adquirido, comandada ya por su joven abad, pues se decidió seguir adelante confiando en el mucho amor y devoción que el pueblo de Haro profesaba a su querida patrona. Se acordó, pues, realizar una gran colecta popular que pudiera costear los cuantiosos gastos que la empresa requería. Y así el secretario de la Cofradía D. Emilio Ocina procedería a la apertura, en la Banca Roig de nuestra ciudad, de una cuenta en la que se ingresarían y administrarían los donativos de esa gran colecta popular. Para esta colecta se formalizo una primera lista de donativos en las que se fueron anotando minuciosamente los nombres de instituciones, familias y particulares con expresión del importe de su donativo.
En esta lista, que aún conserva íntegramente la cofradía (4), podemos observar y recordar la práctica totalidad de los comercios, industrias e instituciones de la ciudad en aquel entonces, así como las familias y personas jarreras de mayor solera que junto a devotos anónimos y hasta en numero de 791 hicieron su donativo. En la lista, encabezada por Gabina Abad y cerrada por Casilda Virumbrales, destacan los óbolos de la Empresa del Teatro (desde el 18 de mayo de 1918 “Amigos de Haro”) que aportaría 617,15 pesetas, y los de Ricarda Codina y Felicias Pereda, con 500 pesetas cada una, teniendo, desde luego, el mismo valor sentimental los 5 céntimos de peseta que únicamente pudieron aportar algunos devotos de la Virgen. También es de destacar la importantísima aportación de muchos jarreros ausentes en otros puntos de la península, algunos tan celebres como la cantante lírica Lucrecia Arana con una aportación de 50 Pts. En definitiva, esta primera lista se cerro con una cifra de 7.498,95 Pts. , que permitió realizar los primeros pagos de la obra, mientras se continuaba con una segunda lista que permitiera la conclusión de los mismos. No obstante la tan anhelada procesión dejaría aún endeudada a la Cofradía durante los tres próximos años, viéndose obligado el Mayordomo D. José Velasco, durante 1920, a emitir bonos reintegrables de 5 pesetas para finiquitar la deuda. Desgraciadamente no existe documentación que avale el importe total abonado a Rogelio Quintana, ni los componentes facilitados por el en la primera entrega.
LA PRIMERA PROCESIÓN DEL ROSARIO DE CRISTAL:
No solamente fue sorprendentemente rápida la decisión y puesta en marcha de la adquisición del rosario de faroles, también lo fue la rapidez con que los Talleres de Rogelio Quintana realizaron todos los faroles y carrozas de que debería constar la procesión. El plazo de tiempo acordado entre la toma de decisión (18 de Junio) y el compromiso acordado de entrega (última semana de agosto), fue de menos de dos meses y medio lo que parecía claramente escaso, máximo si tenemos en cuenta que otros rosarios de faroles por el estilo habían tardado un año, e incluso varios, para concretarse. Sin embargo en esta ocasión a mediados de agosto, cumpliendo plenamente los plazos establecidos, tres vagones, especialmente fletados al efecto, trasladarían desde Zaragoza, por vía férrea, el valioso cargamento que en fechas posteriores sería montado por trabajadores de Talleres Quintana con la colaboración de varios artesanos de nuestra ciudad.
Previamente al gran día hubo que organizar el reparto de los faroles entre quienes desearan portarlos, cosa que se hizo mediante un método que se conserva aun hoy. Los portadores deberían de inscribirse previamente, recibiendo una tarjeta identificativa por parte de la comisión coordinadora, integrada por Ángel Santiago, Baldomero Larrea, Gregorio García, Arturo Rioja, Felipe Santos, Santiago Mazón, Anastasio Parra, Ciriaco Arizaga y Martín Ocina, a quienes se devolverían a la hora de retirar el farol.
De esta manera, el domingo, día 8 de septiembre de 1918, festividad de la natividad de nuestra Sra. y fecha en que Haro celebra a su querida Patrona la Virgen de la Vega, (2) a las 19:30, acompañado de la Banda Municipal de Música y un coro constituido por cuarenta vecinos de la localidad, de Vitoria y de Pamplona que interpretaban una composición a tres voces y Banda, del maestro de Capilla D. Basilio Miranda, el Rosario prepararía su salida presidido por el Sr. Obispo de la Diócesis D. Juan Plaza García, el Gobernador Civil D. Casimiro Torre Sánchez-Somoza, la Corporación municipal en pleno encabezada por el Alcalde D. Faustino de Andrés y el Capitán de la Guardia Civil. Fue a las 20:00 horas cuando saldría por las puertas del Santuario de la Vega el tan ansiado "Rosario de faroles de cristal" entre el continuo replicar de las campanas y la curiosidad primero y admiración después de todos los jarreros que se agolpaban a sus puertas para ver el espectáculo. El itinerario muy parecido al actual recorría la actual calle Castañares de Rioja, la Ventilla, Plaza de la Cruz, Lucrecia Arana y Sánchez del Río, hasta la Plaza de la Paz, desde allí se accedía a la Parroquia por la calle Mayor (recorrido éste que se ha perdido hoy) y regresaba a la Plaza de la Paz desde donde enfilaba por la calle de la Vega su último trecho hasta el santuario de Ntra. Sra., donde el canónigo de la Colegiata de Logroño, D. Eladio López, dirigiría la palabra a los fieles, finalizando el acto con el canto de una Salve. Desde las aceras y los balcones de estas calles, engalanados al efecto, previa exhortación de la cofradía a todos los vecinos, los devotos pudieron admirar un total de 125 artísticos faroles y nueve carrozas de cristal hermosamente engalanadas para la ocasión.
Esta procesión, que se ha mantenido en el tiempo sin grandes modificaciones, consta en la actualidad de: La carroza de la Cruz montadas sobre un carro con ruedas y escoltada por varios cofrades que abre la comitiva, luego los cinco misterios dolorosos, cada uno con: su carroza anunciándolos, seguida por el gran farol del padre nuestro, y los diez faroles sencillos del ave María, y cerrando cada misterio con un farol del gloria. Al final de estos cinco misterios iban las letanías completas (62 faroles), en un abigarrado y multitudinario desfile que sobrecoge por su belleza. Los tres artísticos faroles del Agnus Dei, la carroza del ángelus y la de la salve completan la comitiva que corona la hermosa carroza trono de la virgen, con su doselete, (hoy sustituida por una nueva, como veremos mas adelante) autentico norte de las miradas, ruegos y aplausos del todos los presentes.
Tampoco ha cambiado apenas la tradición en cuanto al día, la hora, o al recorrido por las principales calles de la ciudad. Todo ello permanece casi idéntico a lo que pudieron vivir nuestros abuelos en aquel lejano 8 de septiembre de 1918. . Para que esto haya podido ser así, la cofradía de Nra. Sra. Virgen de la Vega, ha venido haciendo un notable esfuerzo, con la inestimable ayuda personal y económica de cofrades y devotos, conservando esta joya artística en las mejores condiciones posibles: La limpieza y conservación antes y después de la procesión, el arreglo y reposición del material dañado, la modernización de los elementos y mecanismos no artísticos etc, etc. son algunas de las actividades habituales realizadas en estos años.
HISTORIA Y CONSERVACION DEL ROSARIO:
Poca documentación histórica concreta se conserva de los distintos avatares que la procesión pudo sufrir hasta épocas recientes. Sabemos, por ejemplo, que con la proclamación de la Segunda República y ante el temor de que se produjeran altercados vecinales y disturbios políticos, la Cofradía actuaría con prudencia no sacando a procesión el Rosario durante los años 1932 y 1933; también se conoce que durante esos años hubo un conato de destrucción del mismo al intentar, algunos energúmenos, quemar todos sus enseres, afortunadamente éstos no sufrieron daño alguno, en un hecho que D. José Monroy, capellán del Santuario, calificaría de milagroso.
De su conservación poco se conoce, (2) estando localizadas facturas de Ángel Sabando y Laureano Apellániz en el año 1939, del mismo Ángel Sabando y Carmelo Hernando en 1940 y de Jaime Sabando, Carmelo Hernando, Laureano Apellániz y Jorge Sagredo durante el bienio de 1941-42. Apuntaremos también que el 8 de septiembre de 1955, año de la Coronación de la Virgen de la Vega, el Rosario tendría grandes dificultades en su desplazamiento, ya que serían innumerables los fieles que anhelaban aproximarse a contemplar a la Patrona en su recorrido por las calles de la ciudad.
Los grandes faroles de los cinco misterios, La Cruz, la Anunciación, y la Salve se diseñaron inicialmente para ser portados a hombros; eran necesarias cuatro personas, para portar cada uno de estas piezas. Con el asfaltado de todas las calles del recorrido de la procesión (fundamentalmente la Calle Ventilla y aledaños de la Básica), la cofradía acometió desde el año 1940 la colocación de unos nuevos chasis con ruedas de goma para facilitar el desplazamiento de estos grandes faroles, con mucho menor esfuerzo físico. Así, en agosto de 1942 los hermanos Alejandro, Luis y Antonio Verde sufragaron los chasis de los tres últimos faroles que quedaban por realizar.
La primera gran restauración se inició en el año 1965 (47 años después ) y se prolongó hasta el año 1967; se restauraron en Zaragoza las 8 carrozas por los artesanos de la misma Casa Quintana que los construyó y empleando los mismos materiales y medios artesanales de entonces y en ese mismo año se encarga la nueva carroza-trono con templete para imagen de la Virgen de la Vega (la imagen pequeña). Esta nueva carroza vino a sustituir a la carroza-farol de la Virgen, hoy desaparecida.Todas estas actuaciones supusieron un importe de aproximadamente 450.000 ptas. (de entonces). Para colaborar con los gastos que supuso esta primera restauración del Rosario se abri6 también una amplia suscripción pública. Esta intervención sobre las carrozas-farol fue la más traumática, muchas piezas metálicas estaban prácticamente destrozadas y tuvieron que ser sustituidas. Cabe señalar que los criterios de intervención sobre el patrimonio artístico, en aquellos años, eran absolutamente diferentes a los actuales, y en algunas piezas, con la perspectiva del tiempo, la actuación no la más adecuada.
La segunda gran intervención se desarrolló entre 1993 y 1994, coincidiendo con el 75 aniversario del rosario de cristal; En esta ocasión se acometió una completa y costosa intervención de todo el rosario , restaurando molduras, sustituyendo cristales rotos, repintando y puliendo lo deteriorado, dejando los 126 faroles de mano (padres nuestros, aves marías, glorias, letanías...) en perfectas condiciones de uso. En esta ocasión además para evitar los estragos que las velas, cera, y humo causaban en estas delicadas piezas se aprovechó para sustituir este tipo de iluminación por otra con pilas y pequeñas bombillas colocadas sobre tubos a modo de vela.
Tras este extraordinario esfuerzo de la cofradía se consiguió superar el pequeño decaimiento de fieles portadores de faroles que había aparecido en la década de los 80, a lo cual se añadió la incorporación de las mujeres al porteo de faroles de tal modo que aun en la actualidad existe una importante lista de espera para su adjudicación.
Dada esta una autentica y demostrada resurrección de fidelidad, participación y extraordinaria afluencia de público, en el año 1999, el entonces mayordomo de la cofradía D. Miguel Angel Ibarra Moreno pudo hacer publico, con gran satisfacción de todos, la declaración de "Fiesta de Interés Turístico de la Rioja" otorgada al "Rosario de Faroles" de la ciudad de Haro por el entonces Director General de Industria, Turismo, Trabajo y Comercio D. Jose Antonio Elguea Nalda, que asistiría ese mismo año a la procesión de Faroles. En el año 2002 se inauguró un Museo dedicado a nuestra patrona donde entre otras obras de arte se puede admirar, en una de sus salas, figura esta joya que nuestros abuelos regalaron a nuestra Madre de la Vega y que a través de los años la Cofradía ha ido guardando celosamente.
Ese mismo año la cofradía realizó una nueva carroza con el objeto de poder procesionar la talla original de Ntra. Sra. de la Vega con motivo de la celebración del 450 aniversario de la fundación de la Cofradía (1552-2002). La carroza, donada íntegramente por un benefactor anónimo contenía un mecanismo automático que permitía bajar la imagen para que pudiera pasar por el arco de entrada a la basílica, y en la base de la imagen se situaba una artística vidriera de cristal que conectaba con la tradición de los faroles. Nuevamente la talla original de la Virgen de la Vega salió en el año 2005 con motivo de la celebración del 50 aniversario de su coronación canónica (1955-2005) utilizando la carroza construida tres años antes. Por último con motivo de la decisión tomada por la junta de gobierno y junta parroquial de realizar una réplica idéntica de la imagen gótica de Ntra. Sra. de la Vega, con objeto de preservarla ante una posible destrucción por robo, incendio o barbarie, se apuntó la posibilidad de procesionar esta imagen, replica del original, en la carroza construida recientemente para los actos mencionados. Se retiró así la antigua carroza baldaquín y la pequeña imagen que había procesionado hasta entonces, depositándola en el museo de la Cofradía y comenzó, ya al año siguiente, y de modo definitivo, a procesionar la nueva carroza con la imagen copia idéntica al original, mientras ésta permanece en su trono del altar mayor de la basílica.
También, ya en 2010, se modificó la nueva carroza de la Virgen añadiéndole un nuevo e impresionante revestimiento en madera de nogal, tallado a mano por el artista Mirandés D. Martín Luengo según un diseño de la junta de gobierno de la cofradía creado por Luis Angel Mtnez. Capellán. Ese mismo año se le proporcionó a la imagen procesional un nuevo manto que las camareras de la Virgen confeccionaron con donativos y participación desinteresada y cuya principal característica era la de estar confeccionado con un material resistente a la intemperie y a las inclemencias del tiempo, adecuado para procesionar en días inestables.
Otra ambiciosa actuación llevada a cabo en esta primera década del nuevo milenio, ha sido la provisión de faroles de mano, para que sean portados por aquellas personas que física mente pudieran tener dificultad para portar los grandes y pesados faroles de cristal, o bien aquellas personas que no pueden tener acceso a hacerlo por estar todos solicitados; se quería así rememorar una antigua tradición que sitúa a muchas señoras, devotas de la virgen, portando este tipo de faroles en épocas en que estaba vetado a las mujeres procesionar los faroles de cristal. Si bien el mayor éxito de esta iniciativa a consistido en proporcionar estos pequeños faroles a niños para que procesionen con ellos, lo que ha calado en niños y familiares hasta el punto de haberse formado un nuevo misterio infantil y con muchas solicitudes pendientes.
Por último, enfilado ya el próximo centenario del Rosario en al año 2018, la cofradía decidió, ya en la Junta general ordinaria del 15 de agosto de 2010, empeñar nuestro principal esfuerzo en una restauración total y completa del rosario de faroles de modo que en su desfile del centenario lo haga “como nuevo” y dispuesto a resistir otros 100 años desfilando por las calles. De hecho entre 2010 y 2011 se comenzó a buscar el taller que pudiera llevar a cabo esta labor con garantías de seriedad, calidad y precio, creando a tal efecto una comisión gestora que se encargara del tema. De las posibles candidatas se eligieron tres empresas, a las que se facilitó un farol de mano, a cada una, de entre los más deteriorados, para que lo restauraran al completo y nos dieran un presupuesto. De entra las tres, la comisión gestora, eligió al taller artesanal de Logroño "Vidrieras Susi y Julian" www.vidrierasartisticas.net con la que se ha comenzado a restaurar de modo definitivo y progresivamente los diferentes componentes del rosario de modo que en la procesión de 2012, ya salió a la calle un misterio completo con sus faroles completamente reformados. Paralelamente se están sustituyendo las antiguas bombillas de pilas de petaca por modernos leds más ligeros y económicos. Por último, enfilado ya el próximo centenario del Rosario en al año 2018, la cofradía decidió, ya en la Junta general ordinaria del 15 de agosto de 2010, empeñar nuestro principal esfuerzo en una restauración total y completa del rosario de faroles de modo que en su desfile del centenario lo haga “como nuevo” y dispuesto a resistir otros 100 años desfilando por las calles. De hecho entre 2010 y 2011 se comenzó a buscar el taller que pudiera llevar a cabo esta labor con garantías de seriedad, calidad y precio, creando a tal efecto una comisión gestora que se encargara del tema. De las posibles candidatas se eligieron tres empresas, a las que se facilitó un farol de mano, a cada una, de entre los más deteriorados, para que lo restauraran al completo y nos dieran un presupuesto. De entra las tres, la comisión gestora, eligió al taller artesanal de Logroño "Vidrieras Susi y Julian" www.vidrierasartisticas.net con la que se comenzó a restaurar de modo definitivo y progresivamente los diferentes componentes del rosario de modo que en la procesión de 2012, ya salió a la calle un misterio completo con sus faroles y carroza completamente reformados. Paralelamente se están sustituyendo las antiguas bombillas que usaban pilas de petaca por modernos leds más ligeros y económicos. En los seis años siguientes a parte de Vidrieras Susi y Julián (Logroño), también Metalisterías Juste (Zaragoza) y pulidos 'Legasa" (Logroño) han ido acometiendo distintos trabajos de restauración, limpieza, pulido y recuperación de elementos originales del rosario. No debemos olvidar a varios profesionales y artesanos de Haro que han contribuido en trabajos de estructuras en madera y metal y a un buen numero de compañeros de la junta de gobierno que con un esfuerzo considerable han realizado labores de limpieza, transporte, montaje y desmontaje, colocación de leds y otras muchas para abaratar los considerables costes que estas labores hubieran representados. La última Carroza-farol restaurado fue precisamente la de la Cruz, que abre la procesión, y que, por su complejidad, hubo que realizar en Zaragoza, en un taller “Metalisterías Yuste” heredero de las técnicas del antiguo taller de Hijos de Rogelio Quintana, su elevado coste pudo ser costeado gracias a una importantísima subvención de la Dirección General de Cultura del Gobierno de la Rioja que atendió al hecho de que el rosario hubiera sido declarado de Interés Turístico Regional.
Por fin el día 8 de septiembre de 2018 salía el Rosario de faroles de cristal totalmente reformado y con el aditivo de un misterio, glorioso, infantil (Carroza de la anunciación, 10 originales y novedosos faroles con forma de granada, un padre nuestro y un gloria Patri, este con la forma del jarro de Haro)la carroza nueva con el aporte de unos vitrales de una carroza de 1918 ya desaparecida. Además de 4 nuevos faroles conmemorativos de este primer Centenario. Siendo acción extraordinaria la recuperación, para esta ocasión, del antiguo itinerario de 1.918, por la zona amurallada subiendo hasta la Plaza de la Iglesia donde hubo un emotivo encuentro con la figura de San Felices portado por su cofradía. La bajada por la calle mayor fue única hasta la plaza de la Paz donde se canto el himno. Terminándose estos especiales días introduciendo en una "caja del tiempo" varios de los recuerdos de esta celebración y que deberá ser abierta en el próximo centenario en el año 2.118: Acabamos aquí una época y empezamos otra nueva.
Articulo por: Miguel Angel Ibarra Moreno
Bibliografía empleada:
(1) Eduardo Morales Solchaga. “El rosario de los esclavos de la catedral de Pamplona en el contexto peninsular”. Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra Nº 86 (Pag. 127-146).
(2) Fernando de la Fuente Rosales “El suntuosísimo Rosario de Faroles de la Ciudad de Haro” artículo publicado en BELEZOS Revista de cultura popular y tradiciones de la Rioja. En su numero 19 del mes de Junio de 2012.
(3) Inmaculada Cerrillo Rubio “La Arquitectura del Eclecticismo en la ciudad de Haro”. Revista Berceo Nº 131 año 1996 (Pag. 69-84).
(4) Archivo de la Cofradía Virgen de la Vega de Haro.
(5)Miguel Angel Ibarra Moreno “El Rosario de Faroles: La Joya de la Cofradía”. Boletín Informativo Anual de la Cofradía Ntra. Sra. Virgen de la Vega. Agosto 2002.
(6) Cofradía Virgen de la Vega de Haro. Javier Garrido Oñate:Texto y documentación. El Rosario de Faroles de cristal: 1918 a 2018.- Suplemento especial del boletín de la cofradía 2018 “Cien años de luz, color y devoción a Ntra. Sra. de la Vega”