LA TALLA DE LA VIRGEN DE LA VEGA
LA IMAGEN DE NTRA. SRA. LA VIRGEN DE LA VEGA DE HARO
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Es de suponer que hubo una primitiva imagen románica de la Virgen de la Vega, que sería la titular de la ermita de la que se hace mención en el documento de donación del año 1063. La actual debió ser realizada en torno a 1275 correspondiendo su estilo a una integración de los estilos románico y gótico. Su autor, anónimo, debió de estar vinculado a los talleres de Burgos y Pamplona.
Esta situada en el centro del retablo mayor en el vano del arco central. Se trata de una imagen de la Virgen Madre, sedente, mostrando al salvador niño sentado sobre la rodilla izquierda en actitud de bendecir. Lleva vestiduras de coronación. Motivos estelar y florales en la policromía. Túnica inferior, dalmática o sobrepuesta con la escotadura apuntada. Manto abierto con el broche prendido de adorno. Caída y descomposición de pliegues e impulso o actitud de las figuras magistrales.
La Virgen no llega a sonreír sino que esboza una sonrisa de expresión afable, dulce en cara bondadosa, llena de majestad y elegancia.. Refleja pues su sonrisa la sublime simbiosis plástica de dos estilos escultóricos en perfecta armonía.
Al fundir o integrar dos estilos, el románico antiguo con su belleza hierática y el estilo gótico o nuevo, el maestro imaginero de la Vega logro una obra con un doble espíritu de amor a Dios y al hombre por él creado. Representó la divinidad en toda su majestuosa radiación, pero sin despegarla del hombre. Palpita en la obra la doble vertiente de las dos naturalezas, una divina y otra humana. Sigue siendo majestad y pantocrátor pero el Niño Dios sin abandonar el regazo, centro de gravedad de la escena, se sienta en la pierna izquierda para dejar a la Virgen que cumpla la demanda de Cristo en la Cruz "Madre, he ahí a tu hijo".
Un capitulo imprescindible del estudio de esta imagen tiene por objeto el análisis de las sucesivas restauraciones que perturban su asignación cronológica, es decir, la determinación correcta del tiempo en que fue tallada. Estas restauraciones son principalmente tres: Una reparación policroma, posiblemente para marcar la original, y realizada a finales del siglo XIV o principios de XV. Una segunda intervención muy desacertada realizada para encajar la corona metálica y adecuar la imagen a la ropa de vestir, hecha hacia 1492; en ella perdió la imagen: el cabello, la toca y acaso también la corona. Hasta las puntas de los zapatos fueron recortadas al sobresalir mucho y empujar el manto en demasía. Por último la realizada en 1962, al quitar los ropajes que cubrían la talla desde 1492. Se hizo entonces necesaria la reparación de los destrozos ocasionados para cubrirla con ropajes, cepillando o arrancando elementos constituyentes de la primitiva talla, además de las roturas y desperfectos ocasionadas por el tiempo. A efectos de reconstrucción se tuvo en cuenta un tocado como el de la Anunciación en piedra de Silos o como el de la Virgen Blanca de León a fin de poder presentar la imagen sin vestiduras textiles y sin corona.
De no haber sido alterada por estas excesivas e inadecuadas modificaciones esta talla de la Virgen de la Vega de Haro hubiera logrado la cumbre de las imágenes marianas de su entorno y hubiera podido aspirar al reconocimiento como prototipo mas representativo de la Virgen Madre en el área icnográfica del norte y del siglo XIII, a las que pertenece.
Extracto del estudio "Imagen de Santa Maria la Mayor de la Vega de Haro" realizado, por D. José Maria Oria de Rueda y García, para la cofradía.