MILAGROS DE NUESTRA SRA. LA VIRGEN DE LA VEGA
LOS MILAGROS DE NTRA. SRA. DE LA VEGA DE HARO
Nuestra Virgen de la Vega, patrona de Haro, siempre a tenido fama, y no solo entre los jarreros, de ser una imagen milagrosa, todo ello debido a la gran cantidad de fieles que han sido beneficiados en sus ruegos y oraciones a la madre de la Vega. Ya desde los albores de su patronazgo hasta el día de hoy, se recogen crónicas y declaraciones de estos hechos milagrosos atribuidas a su intercesión. La mayor parte de ellos han sido, sin duda, guardados en secreto dentro del corazón de cada beneficiado pero otros muchos han sido expresados en los numerosos exvotos dejados en la Basílica y otros cuantos han sido tan patentes y asombrosos que han sido recogidos en las cronicas de la ciudad y recordados atraves de los tiempos pues muchos de ellos han sido concedidos al colectivo de la ciudad como respuesta a sus rogativas. D. Alfonso Verden, cronista de la ciudad, asegura tener catalogados cotorce de estos milagros de los que sin duda el mas conocido y popular de ellos es el asombroso milagro de las espigas de cebada que a continuación relatamos.
Animamos desde esta pagina a todo jarrero o devoto de la Virgen de la Vega en general, a enviarnos a través de esta pagina WEB, sección "Contacte con nosotros" aquellos milagros conocidos por vds. de su propia tradición familiar o conocidos, e incluso aquellas gracias recibidas personalmente como respuestas a sus suplicas u oraciones a nuestra madre de la Vega. Tal vez algunos de ellos podramos publicarlos en una sección de esta misma pagina.
El Milagro de las espigas
De entre todos los hechos milagrosos acontecidos a su alrededor es, sin duda, el más conocido, el de las espigas de ce bada que sin embargo dieron trigo. El milagro, verificado en el año 1.694, continúa, aún hoy, siendo un hecho inexplicable para la ciencia. Se cuenta que una buena mujer, viuda y con muchos hij os a su cargo, se encontraba desesperada al no poder hacer frente a una serie de deudas y no contar para pagadas más que con un campo de cebada. Siendo muy devota de la Virgen de la Vega se encomendó a ella con gran fe y, poniéndose de rodillas, le suplicó ayuda para satisfacer las mencionadas deudas. Y ocurrió que, apenas terminada su humilde súplica, la cebada se convirtió en trigo y la pobre viuda pudo así saldar sus cuentas y además sembrar trigo para el año siguiente, y es aquí cuando acontece el hecho inexplicable y maravillosos de que el milagro se convirtió en perpetuo porque desde entonces, y donde quiera que se siembre dicho trigo, la espiga sigue naciendo y creciendo como espiga de cebada pero en su interior los granos son de trigo.
En la actualidad muchos devotos las conservan y las siembran para entregadas a los enfermos y que así éstos alcancen su curación. Precisamente a raíz de esto reseñamos otro milagro, el de una pobre chica tuberculosa que gracias a las milagrosas espigas consiguió sanar de su enfermedad.
Este milagro, relatado por el Padre Anguiano pocos años despues de su ocurrencia en 1694, sucedio pocos años antes de otro iguelmente asombroso que dejo honda huella en la entonces Villa de Haro. Fue el 18 de junio de 1717 cuando una pavorosa tormenta se cernió sobre la amurallada Villa de Haro, Con gran aparato eléctrico, terribles truenos y relampagos y el cielo negro como si estuviera en plena noche la población se congregó a media tarde en la Parroquia de Santo Tomas, atemorizados aquel temporal. Pero este fue empeorando hasta que un descomunal rayo impacto contra el chapitel de la torre de la iglesia formando un incendio que según las cronicas fundió las campanas de la torre cuyo bronce caia por las paredes de la iglesia. Para empeorar las cosas un fuerte viento del norte amenazaba con arrojar el fuego sobre la villa e ir propagandose de casa en casa hasta destruirlo todo. Fue al parecer un grupo de labriegos los que propusieron acudir a la milagrosa imagen de la Vega, seguramente confiados por experiencias anteriores, y fueron hasta el santuario que se encontraba extramuros a unos 700 metros de las murallas de Haro, y la sacaron del camarin, con gran devoción, y en solemne procesión la trasladaron hasta las puertas de la villa. Y cuentan las crónicas que fue colocar la imagen frente al fuego, que ya ardia con gran intensidad, y el viento cambio de rumbo y en vez de tirar hacia el caserio llevo las llamas hacia el cerro de la mota donde no había peligro. Igualmente el fuego comenzo a remitir bajando su intensidad, de modo que fue rapidamente sofocado con los escasos medios de la población. Tan asombroso fue lo sucedido y tan evidente el milagro constatado por los allí presentes que apenas un mes despues el 11 de julio de 1717 el concejo municipal acordó institucionalizar un Te Deum de acción de gracias por los dones recibidos y que se celebró en la Basilica de la Vega la tarde de cada 11 de junio, promovido por el concejo municipal durante 233 años, hasta que en 1950 dejo de celebrarse. Esta celebración era conocida como la "Función del Rayo" y al final de la misma se permitia a los asistentes realizar todo el ruido posible para recordar aquella terrible tormenta.
La protección de la Santísima Virgen sobre su pueblo es pues palpable desde tiempos inmemoriales y, además de los milagros mencionados, hay otros muchos que podríamos relatar. De esta manera se cuenta cómo en un pueblo cercano, al parecer se trataba de Miranda de Ebro, fue condenado a muerte un pobre e inocente de raza gitana, muy devoto de la virgen, que, momentos1 antes de ser ejecutado, y tras invocar a la Virgen de la Vega, fue declarado inocente y puesto inmediatamente en libertad.
En otra ocasión los campos de Haro se encontraban asolados por una plaga de o langosta por l0 que los devotos jarreros se decidieron llevar hasta ellos la imagen de la Virgen rogándole ayuda. Y ocurrió que antes de que la imagen regresara a su lugar en la iglesia, el insecto fue a morir, aquel mismo día, a las paredes del santuario.
Precisamente este santuario consiguió librarse milagrosamente de la invasión francesa que había ocupado con sus tropas todas las iglesias de la población. El hogar de la Virgen había sido elegido por los soldados galos para alojar en ellos a sus e caballerizas. Sin embargo, María de la Vega a no quiso permitir que tuviera lugar semejan te agravio. Cada vez que uno de los caballos intentaba posar su pata en la puerta del templo, el órgano allí existente comenzaba e a sonar sin que nada ni nadie lo tocase, por lo que el ruido terminaba por encabritar a cuantos animales lo intentaban consiguiendo así evitar la profanación del lugar sagrado.
De igual manera un ermitaño quiso también satisfacer su curiosidad registrando la imagen de la Virgen para averiguar que tenia bajo sus mantos, y ,en el momento en el que lo intentó, quedó ciego. Sin embargo, el milagro no quedó solamente ahí. Tras pedir perdón el pecador a la Santa Madre por lo que había hecho, ésta decidió devolverle la vista, lo suficiente como para que pudiera valerse por sí mismo.
En el año 1885 nuestra imagen fue procesionada por las calles jarreras para hacer frente a una epidemia de cólera que cesó al paso de la Virgen dejando tan sólo tres defunciones.
Es por ello que la Patrona de Haro ha sido sacada en procesión en otras ocasiones con el objetivo de conseguir, por ejemplo, el agua necesaria para combatir las fuertes sequías.
Su protección acompañó también a más de 2.000 jarreros que participaron en la guerra civil española, de los que sólo perdieron la vida un total de 43.
Desde entonces y hasta nuestros días sería muy larga y extensa la lista de favores y milagros que, en mayor o menor medida, la Patrona de Haro ha realizado para proteger a sus cada vez más numerosos devotos. Conocidos unos, encarecidamente guardados otros, lo cierto es que la gratitud por todos ellos es patente cada día en la ciudad Jarrera.
¡Gracias, Virgen de la Vega!.