EL  ROSARIO DE FAROLES DE CRISTAL DE LA VIRGEN DE LA VEGA DE HARO

(Salida del Rosario de la Basílica)

 Declarado de Interés Turístico de La Rioja. La existencia de este rosario de cristal se remonta al año 1918. Se construyó artesanalmente por encargo de la cofradía, en el taller del afamado maestro-vidriero Rogelio Quintana, en Zaragoza. El proyecto fue costeado mediante suscripción popular. El rosario esta construido con una técnica similar a las vidrieras: cristales trabajados en colores, estaño, molduras decorativas y latón. Desde muy antiguo existía la costumbre de realizar, en procesión, el rezo del rosario por las calles de la ciudad el día de la fiesta de la Virgen. Y fue a partir de 1918, cuando a esa tradición se incorporaron los bellos y artísticos faroles de cristal. Este rosario de faroles (formado por los cinco Misterios Dolorosos y Letanía) esta compuesto por 126 faroles grandes, ocho carrozas y la carroza trono de la Virgen. En origen se empleaban velas para la iluminación de todo el conjunto, pero en la década de 1990 se sustituyó, ante el deterioro que el humo y la cera causaba en los faroles, por pequeñas pilas y bombillas. Actualmente, y con vistas a la celebración del centenario del rosario en 2018, la cofradía se ha embarcado en un ambicioso proyecto de restauración integral de todos los faroles existentes, que se espera terminar para tan señalada fecha.
El rosario sale de la Basílica de la Vega todos los años el día 8 de septiembre, festividad de la Virgen de la Vega, a las 8:30 de la tarde, cuando empieza a anochecer, y recorre las calles de Haro en medio de un impresionante silencio solo turbado por la oración. El momento más emotivo del rosario se produce a su llegada a la Plaza de la Paz, allí sin el alumbrado publico y con la sola luz de los faroles se entona el himno a la Virgen de la Vega.

HISTORIA DEL ROSARIO DE FAROLES (Articulo)

¡Oh  Virgen de la Vega Tu eres la Gloria de Haro! . Esta es la exclamación con que lo Jarreros saludan desde tiempo inmemorial a su patrona, y fue este espíritu de devoción y agradecimiento por las dadivas por ella recibidas el que llevo a nuestra ciudad a dedicarla un suntuoso rosario de faroles para poder honrarla públicamente en las calles de Haro.

Fue a principios de 1918 cuando  un joven sacerdote llamado D. José Monroy Zunzunegui          ( ¿1891? Fallecido el 14-11-1963 a los 72 años de edad) llegaba a nuestra ciudad para hacerse cargo como capellán del entonces  Santuario de Sta. María de la Vega, cuando se planteo la posibilidad de construcción del rosario de faroles. Ya en su primera reunión con los responsables de la Cofradía de Ntra. Sra. se apuntó el hecho de que las ciudades de Zaragoza y Vitoria contaban desde  hacía varios años con sendos rosarios constituidos por luminarias de cristal que procesionaban por las calles en las fiestas de sus respectivas patronas, y como tal acontecimiento constituía un bellísimo homenaje popular de fervor y cariño hacia la virgen. Inmediatamente surgió la pregunta ¿Por qué  nuestra querida patrona no podía tener un rosario de iguales características? La respuesta, llevada por el cariño inmenso de los cofrades, fue inmediata y positiva: ¡Construyamos ese Rosario de cristal!.

Sin embargo el empeño era desmesurado. El elevadísimo costo de una obra de arte de esas características, a base de cristales tintados, latón y bronce, elaborados de forma artesanal por manos expertas, superaban con creces las provisiones económicas de la cofradía y podría dejar empeñado durante mucho tiempo sus  propósitos y  actuaciones futuras.

El entusiasmo del los cofrades no les hizo caer en la cuenta de que tanto Vitoria y en mucha mayor medida Zaragoza,  con su casi medio millón de habitantes, poseían un enorme capital humano y económico y una cantidad muy superior de cofrades a los que acudir a la hora de plantearse una empresa de esas características. Haro entonces apenas pasaba de los 8.000 habitantes, si bien desde hacía algunas décadas se había convertido en una ciudad prospera y orgullosa, gracias a la incipiente y a la vez prospera industria vinícola.  La riqueza por ésta  generada le había permitido ser pionera en algunas realizaciones: La consecución del titulo de ciudad,  ser la 2º población de España en instalar  la  luz eléctrica, o el Banco de España fuera de una capital de provincia.

Con este espíritu de superación  y el empuje de aquel joven capellán que dejaría los próximos 45 años de su vida  al servicio un santuario, el de nuestra Sra. la Virgen de la Vega, que convertiría años después en Basílica, y de su  venerada  imagen a la que ayudaría a coronar en 1956 en una multitudinaria ceremonia,  se acordó seguir adelante y confiar en el mucho amor y devoción que el pueblo de Haro profesaba a su querida patrona, y realizar una gran colecta popular que pudiera costear los cuantiosos gastos que la empresa requería. Y así la Cofradía abrió una primera lista popular de donativos "....para la adquisición de un rosario de faroles" en la que se fueron depositando las diversas aportaciones recaudadas de la generosidad del pueblo de Haro. En esta lista, que aún se conserva, se fue anotando minuciosamente los nombres de instituciones y  familias y el importe de su donativo  y en ella podemos observar  y recordar la practica totalidad de los comercios, industrias e instituciones de la ciudad e igualmente de las familias jarreras de mayor solera que hasta un numero de 971 hicieron su donativo. A destacar además la importantísima aportación que muchos jarreros ausentes en otros puntos de la península, algunos tan celebres como la cantante Lucrecia Arana, hicieron a tal efecto. En definitiva, esta primera lista se cerro con una cifra  de 7.498.95 Pts. , que permitió plantearse, ya en el mes de Marzo, la contratación de la obra mientras se continuaba con una segunda lista que permitiría recaudar con creces el dinero necesario para el ansiado Rosario de Cristal.

Siendo del agrado de los Cofrades que los conocían, tanto el Rosario Vitoriano como el de la capital Aragonesa, que eran además los  dos únicos de tales características que existían en España , se decidió averiguar quienes los habían construido y encargar para Haro otro de similares características. Se llego así al conocimiento de que tanto el Rosario de faroles de la Virgen del Pilar de  Zaragoza construido en 1889 como el de la Virgen Blanca de Vitoria de 1895, habían sido  fabricados en la Casa del Maestro Quintana, de Zaragoza. Famoso taller dedicado a trabajos relacionados con el arte religioso: Vidrieras, bronces para el culto,  faroles etc. etc. Así pues la elección estaba clara. En Marzo de ese mismo año se llega un acuerdo con Casa Quintana para la construcción de un Rosario artístico de faroles de Cristal de similares características a los otros dos existentes,  aunque mas reducido en cuanto a piezas, ya que a diferencia de los anteriores este constaría de un solo misterio. Acordándose así mismo que dicho encargo deberá estar terminado para la última semana de Agosto de aquel mismo año.  Y así a mediados de agosto, cumpliendo los plazos establecidos , dos vagones especialmente fletados al efecto trasladarían desde Zaragoza,  por vía férrea, el valioso encargo que en fechas posteriores sería montado por trabajadores de Casa Quintana con la colaboración de varios artesanos de nuestra ciudad.

Y de esta manera, el día 8 de septiembre de 1918, festividad de la natividad de nuestra Sra. y fiesta patronal en que Haro celebra a su querida Virgen de la Vega, a las 8:30 de la tarde salía de las puertas de su Santuario el tan ansiado "Rosario de faroles de cristal" entre el continuo replicar de las campanas y la curiosidad primero y admiración después de todos los jarreros que se agolpaban a sus puertas para ver el espectáculo. Fue ésta la primera de una serie ininterrumpida de apariciones del rosario de cristal a través de estos casi 84  años que separan aquella fecha de la actual.

Desde las aceras y los balcones engalanados al efecto los devotos pudieron admirar un total de 125 artísticos faroles y nueve carrozas de cristal hermosamente engalanadas para la ocasión. 

La de la  Cruz montadas sobre un carro con ruedas y escoltada por varios cofrades habría la comitiva, luego los cinco misterios dolorosos con su carroza anunciándolos, el gran farol del padre nuestro, seguido por diez faroles sencillos del ave María  y cerrando cada misterio un farol del gloria. Al final la letanía completa (62 faroles) en un abigarrado y multitudinario desfile que sobrecoge por su belleza. Los tres artísticos faroles del agnus dei, la carroza del ángelus y la de la salve completaban la comitiva que coronaba la majestuosa carroza trono de la virgen, con su doselete, autentico norte de las miradas, los ruegos y aplausos del todos sus devotos. 

Desde aquel lejano 1918 muy poco a cambiado esta tradición, el día , la hora, el recorrido por las principales calles de la ciudad permanece casi idénticos al que pudieron ver nuestros abuelos. Para ello la cofradía de Nra. Sra. la Virgen de la Vega,, ha venido haciendo un notable esfuerzo, con la inestimable ayuda económica de cofrades y devotos, para que esto sea así y conservar esta notable obra artística, en las mejores condiciones: La limpieza y conservación antes y después de la procesión, el arreglo y reposición del material dañado, la modernización de los elementos y mecanismos no artísticos etc, etc. De entre las actuaciones mas notables cabe destacar, la reparación y reconstrucción de la mayor parte  de las carrozas que se encontraban muy deterioradas, realizados entre 1964 y 1967 por los artesanos de la misma Casa Quintana que los construyo en 1918, ahora bajo la dirección del hijo del Maestro Quintana,, D. Rogelio Quintana Aragonés, quienes emplearon los mismos materiales y los mismos medios artesanales que entonces para la reconstrucción. Posteriormente se fueron sustituyendo las luminarias antiguas por dispositivos eléctricos, sencillos y prácticos que sobre todo evitaban la cera, las llamas y el humo, que habían sido hasta entonces el principal foco de deterioro de los faroles, por último en 1993 coincidiendo con el 75 aniversario del rosario de cristal se acometió una completa y costosa  intervención de todo el rosario restaurando molduras, sustituyendo cristales rotos, repintando y puliendo lo deteriorado y dejando en suma, todo el conjunto artístico, como recién salido de fábrica. El esfuerzo material y económico de la cofradía y devotos de la Virgen dio como fruto la gozosa noticia de que este "Suntuoso Rosario de Faroles de Cristal" fuera declarado en 1999 por la Dirección General de Comercio y Turismo de la Rioja como "Fiesta de Interés turístico de La Rioja".

Quienes en la actualidad deseen contemplar la procesión del Rosario de Faroles de Cristal en Haro deberán visitarnos el día 8 de septiembre día de  la Fiesta de nuestra Patrona. Si lo hacen por la mañana podrán asistir a la Solemne Misa Mayor en la Basílica y seguidamente al tradicional acto del pisado y ofrenda del primer mosto a nuestra patrona, bendición de las espigas, ofrenda de flores y concurso de piropos a la Virgen de la Vega. Y ya a las 8:30 horas de la tarde, cuando empieza a anochecer, podrán ver la majestuosa salida, por los portones de la Basílica, entre un continuo repicar de campanas, del Rosario de Cristal. La procesión, rígidamente organizada, transcurre por las principales calles de la ciudad en medio de un impresionante silencio solo roto por el murmullo monótono y constante del santo rosario rezado por la gran cantidad de devotos jarreros y de otras poblaciones cercanas, que también hacen suya a nuestra patrona en ese día. La procesión llega a su momento "culmen"  al llegar al centro de Haro, la Plaza de la Paz, abarrotada de fieles que esperan con entusiasmo la aparición bajo los arcos del ayuntamiento de la carroza-trono de Ntra. Sra. de la Vega. Entonces el silencio se hace aun mas denso, las luces se apagan y con una emoción contenida que no obstante anega el aire se comienza a cantar el himno a nuestra patrona : "Salve Virgen de la Pega, Salve Patrona de Haro......" Al terminar el cántico, con los tres tradicionales  ¡Vivas! a la virgen la emoción ya esta desbordada y raros son los ojos que no están humedecidos y muchas las mejillas surcadas por la lagrima.  El regreso por la calle principal de la ciudad, que lleva ¡Cómo no! el nombre de su patrona, tiene momentos especialmente bellos cuando desde una perspectiva general puede verse todo el rosario iluminando la calle y al fondo la silueta compacta de la Basílica. Por último la entrada del rosario, la salve, de despedida y la multitudinaria recogida de las espigas de la virgen. Testigos éstas del más conocido milagro de nuestra Sra. de la Vega, quien socorrió a una pobre viuda que requirió su consuelo, convirtiendo su cosecha de pobre de cebada en otra de rico de trigo. En este día, pues, se reparten las espigas bendecidas que la cofradía sigue cultivando a partir de las semillas del trigo de la viuda: Los expertos podrán apreciar como dentro de lo que parece ser una espiga de cebada podemos encontrar dorados granos de trigo. 

Por último, si alguien no puede visitarnos en tan señaladas fechas, la Cofradía de Ntra. Sra. Virgen de la Vega administra un Museo, a ella dedicado, en el que, en una de sus salas,  se expone la mayor  parte del rosario de faroles de cristal a que nos hemos referido (vea en esta página web en el apartado -museo- podrá consultar los horarios de apertura del museo).